La importancia de la probabilidad radica en que, mediante este recurso matemático, es
posible ajustar de la manera más exacta posible los imponderables debidos al azar en los más variados campos tanto de la ciencia como de la vida cotidiana.
En efecto, la probabilidad es una estrategia mediante la cual se intenta estimar la frecuencia con la que se obtiene un cierto resultado en el marco de una experiencia en la que se conocen todos los resultados posibles. Así, el ejemplo más tradicional consiste en definir cual es la prevalencia de obtener un número al arrojar un dado. Sobre seis resultados posibles (todas las caras), sólo es posible lograr un número por cada vez que el dado es arrojado.
En el ámbito de la salud, la probabilidad es de imperativa importancia, ya que se puede ayudar a representar el riesgo o los posibles resultados en múltiples de los asuntos médicos (sobretodo los sociales). Por ejemplo se puede tomar de espacio muestral una comunidad que está sufriendo de Leishmaniasis cutanea o una ciudad con alguna pandemia emergente y evaluar los riesgos que representa para la comunidad. Tambien según sean las circunstancias, se puede contrastar y usar la probablidad en el caso de la pandemia para ver con que frecuencia ocurrirá el evento, o si el evento ocurrirá bajo circunstancias específicas para desatar dicho fenómeno.
La probabilidad nos puede ayudar a dilucidar varios aspectos concernientes a la salud, tal como al proporcionar fiables resultados, sobre por ejemplo qué tan poco probable es que ocurra algún evento. Como un brote masivo de alguna enfermedad y asi apagar una posible sobrereacción o alarmismo de la comunidad sometida al estudio.
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